martes, febrero 28, 2012

Tribu de aprendices

Fuimos una tribu de Sesenta y tantos al inicio de la cual solo unos 8 salimos "vivos". No todo fue fácil pues es bien sabido que los grupos de personas siempre pasan por ciertas crisis, recuerdo los primeros años yo casi no hablaba con nadie, había los típicos grupitos y algunos veíamos como uno a uno la manada se iba haciendo mas pequeña, pero hubo un suceso que cambió nuestro rumbo, fue en el sexto semestre cuando nos tocó organizar la semana de la ecología cuando entre todos nos pusimos de acuerdo y aquello terminó siendo algo bien chingón. Nos dimos cuenta que no eramos tan diferentes unos de los otros y se limarón asperezas por completo. Algunos querían diseñar algo bien chingón algún día, otros tener su propio negocio, pero en ese momento era como ver un gran abanico de posibilidades frente a nosotros, a partir de ese semestre todas las clases eran un desmadre, a veces cuando teníamos que esperar una hora o más entre una clase y otra nos ibamos al Dasbierhaus, al cine ó a la casa de algún compañero a hacer una pachanga, recuerdo una vez que llegamos a clases algo encervezados y un maestro casi nos cacha, como olvidar esas fiestas de fin se semestre, las visitas a máquiladoras, a empresas de diseño, a fabricas de moldes, excursiones a tomar fotografía a regiones alejadas de Monterrey, futa, ¡si ese cuarto de revelado hablara!. Pero como todo lo bueno tiene fin, un día algunos logramos salir de la facultad y ahí todo cambio. Como siempre sucede hubo algunas reuniones en donde se planearón otras con el típico "hay que juntarnos cada mes",  que nunca sucedió, pues las reuniones fueron mucho tiempo después con niños y esposos(as) de por medio, claro ya nada era igual. 

Ahora de vez en cuando nos juntamos algunos qué seguimos con aquella vieja mentalidad que teníamos en los tiempos de facultad, pero me siento mal al enterarme que algunos de mis compañeros terminarón trabajando en un almacén, estan sin trabajo, ó ciertas compañeras encontrarón a un wey de billetes con el que se casarón y por lo tanto nunca ejercierón ¿entonces para que chingaos estudiarón?, igual y algunos de mis compañeros han de pensar de mi algo como ¿y este guey que pedo? ¡ya que madure! ó algo así -cosa que me tiene sin cuidado por supuesto-, quién sabe, la vida es rara, a veces solo hay que saber jugarla con las cartas que te tocan.

martes, febrero 21, 2012




Sentado frente a esa fuente, escuchando el agua caer y viendo como los rayos del sol se partían en miles de reflejos que parecían jugar en su superficie me quedé pensando en ti. No entendía como es que siendo yo una persona que gusta de escribir no pudiera escribirte algo. Recuerdo aquella vez que después de haber leido uno de mis escritos me pediste que te hiciera uno, hice una broma y te dije que tal vez un día, lo cierto es que yo no puedo escribir por encargo Isa, Como muchos quizá lo hagan. Ese día, la primer vez que estuvimos solos tu y yo fue especial, a pesar de tener poco tiempo de conocernos, fue como si ya nos conocieramos de toda la vida, de vidas pasadas. Poder tocarte, sentir tu aliento cerca del mío, olerte, escuchar tu voz me transportó y me regresó a la calma que hace mucho tiempo no sentía. Recorrer tu cuerpo y saber que por fin estabamos en el momento justo que tanto habiamos anhelado hizo que el tiempo se detuviera y que en ese preciso instante nada más existiera en todo el universo. El viaje que iniciamos aquella tarde fue largo y cansado, y al final terminamos exahustos, sabiendo que se acercaba el fin y que quizá el distanciamiento era inevitable de ahora en adelante, algo nos tocó y desde ese día ya nada podía volver a ser igual. Cambiaste muchas cosas en mi Isa, cosas que hasta el momento trato de poner en práctica, admiro tu fuerza interna, tu lucha constanta con la vida para ayudar a los tuyos, tu paciencia, la forma en que siempre prefieres el bien común y sobre todo tu forma de ser una gran mujer en toda la extensión de la palabra. De pronto algo llamó mi atención, era una pareja que sentada en otra banca se reia de no se qué, creo que a veces es complicado para mi escribir de las personas que realmente me importan en mi vida, pero hoy que te extraño pensé que podría hacerlo, sabía que podía. En ocasiónes la vida es caprichosa y nos pone a cada quién en lugares y situaciones distintas, pero nosotros tenemos el poder de presionar ciertos botones, de equilibrar la balanza, aunque sea solo por unos instantes.