jueves, junio 20, 2013

Estar Jodido

No es que me dé la gran vida ni mucho menos, pero hago lo que me gusta y de vez en cuando me doy mis lujitos, eso me parece chingón, como ese día en que venía de haberme tomado unas buenas cervezas -y algo más- con una amiga. Eran por ahí de las 11 de la noche y me detuve en un cruce medio gacho que está por la colonia Garza Nieto, mejor conocida como "La Coyotera". Había poca iluminación y casi no alcancé a distinguir al wey que se acercaba tambaleando a mi carro. Era un hombre de unos 45 años, sin camisa, cabello despeinado y grasoso, y sin zapatos. Pude ver que llevaba muchos tatuajes en el pecho y brazos, ademas de unos ojos rojos que servian de marco para una vista por demás perdida. "¿Como está bello y apuesto joven?, soy un indigente, estoy jodido, deme una moneda, ¿sabe lo que es estar jodido?". Uta, no se porque me llamó mucho la atención lo que me dijo, me quedé pensando por un segundo y solo negué con la cabeza. "Estar jodido es esto, yo estoy jodido", me dijo mientras se señalaba a si mismo con el indice en el pecho y se echo a reir. Chale, no suelo dar dinero a los indigentes de ese tipo pues es casi seguro que se lo van a meter en cheve o en algún solvente en lugar de comprar comida o ropa, pero pues, ¿Quién es uno para negarles un gustito? ¿y si eso lo hace al menos sobre llevar su jodidez un instante ya que ni el sistema, ni el gobierno ni los vecinos pueden echarle la mano?, le dí todas las monedas que traia en el cenicero, que igual no le servian pa' pura madre, pero fué mi instinto. El indigente abrió tremendos ojos como si hubiera encontrado un lingote de oro en su camino y me agradeció. Y yo tuve una buena historia para mi blog, o eso imaginé.