viernes, diciembre 19, 2014

Algunas imágenes de mi último viaje a Guanajuato.

Hace ya dos meses que fuí con unos amigos al festival cervantino en Guanajuato. Admiramos algunos espectáculos culturosos (lo más chingón fué ver a Tiger Lillies musicalisando Hamlet), comimos demasiado rico y bebimos mejor. Soy una persona de gustos simples, siempre me fijo en los pequeños detalles como por ejemplo que a pesar de estar llenísma de turistas la ciudad (muy chingona por cierto) estaba muy limpia y su gente es muy amable. Así pues, dejo aquí algunas fotos con la simple intención de que no mueran dentro de mi compu si es que esta se descompone como paso con mi anterior mac (qué descanse en paz en el cielo de las mac's junto a Steve Jobs).

En un punto de borrachera volteo y me doy cuenta que la toma es perfecta para una foto:



Refrescos que sobreviven allá por el centro del país.





Túneles chingones:





No alcanzó a salir en la foto pero el de arriba dice Barfly, ¿Será el de la novela de Bukowski?




Vista del mercado de Guanajuato, lo más chingón de comer ahí es que las señoras te preparan lo que gustes, todo en comales y cazuelas caseras. Riquísimo.



La estatuota del señor que se está peinando (no intenten subir hasta el pípila andando crudos, eso déjenselo a los profesionales).


Lo bonito es que hay un bar allá arriba. Faltaban unas horas para regresar al aeropuerto y esa vista tan chingona le quedaba muy bien a unas cervezas.




jueves, diciembre 04, 2014

De compras (forzadas) en navidá.

No quería salir a las calles, porque como todos sabemos me dan mucha hueva los tumultos de la falsa sociedá pero resulta que necesitaba un mouse para mi computadora nueva que no es nueva. Así que fuí a la plaza de la tecnología. Mi idea era ir de entrada por salida, hacer la operación silenciosa y salir sigilosamente de ese lugar maltido como todo un ninja entrenado en las orientales artes del escapismo y la invisibilidad. Pero (oh cielos) las tiendas y los foquitos navideños tienen un halo mistico-magnetico-chinga pupilas, del cual es inevitable escapar. Y pos ahi voy a darme una vuelta por tiendas y aparadores. Ya estando ahí quise aprovechar para comprar un licuado que tomo redepente y también darle una vuelta al Sangron´s para ver que nuevos libros o revistas habían salido. Antes de llegar me interceptó una morrita de ojos claros, pequeñita y delgada:

-¡Hola, amigo!
-(¿Amigo? pinche igualada.¿acaso ya nos hemos emborrachado juntos?)...
-Oye disculpa ¿Cuentas con tarjeta de crédito?
-Sí (seguí caminando).
-Oye, espera, ¿Es Visa o Mastercard?
-Es Mastercard.
-Ah mira te regalo estos cupones (me extiende una cuponera)
Traté de tomar la cuponera pero ella no la soltó.
-¿Pero cual tarjeta es?
-Es Banamex.
-¿Me la puedes mostrar para ver bien cual es?
-¿Qué es lo que quieres saber?
-Qué tarjeta es.
-Es la tarjeta de crédito Banamex Clásica, mastercard.
-Pero...pe....es que, quiero saber cual es, ¿Me la puedes mostrar?
-Pues ya te dije cual es, ¿qué quieres saber en específico?
-Este....es que. ¿Me puedes regalar tu teléfono para un....?
-No.
No me dijo nada, se volteó y se fué. Yo solo alcancé a gritarle "bye, que te vaya bien".

Chale, ¿Pues no que eramos amigos? ¿quién jodidos consigue teléfonos celulares, para no se qué fin, de una forma tan artera? ¿ven por qué odio a alguna gente?.