Fuimos una tribu de Sesenta y tantos al inicio de la cual solo unos 8 salimos "vivos". No todo fue fácil pues es bien sabido que los grupos de personas siempre pasan por ciertas crisis, recuerdo los primeros años yo casi no hablaba con nadie, había los típicos grupitos y algunos veíamos como uno a uno la manada se iba haciendo mas pequeña, pero hubo un suceso que cambió nuestro rumbo, fue en el sexto semestre cuando nos tocó organizar la semana de la ecología cuando entre todos nos pusimos de acuerdo y aquello terminó siendo algo bien chingón. Nos dimos cuenta que no eramos tan diferentes unos de los otros y se limarón asperezas por completo. Algunos querían diseñar algo bien chingón algún día, otros tener su propio negocio, pero en ese momento era como ver un gran abanico de posibilidades frente a nosotros, a partir de ese semestre todas las clases eran un desmadre, a veces cuando teníamos que esperar una hora o más entre una clase y otra nos ibamos al Dasbierhaus, al cine ó a la casa de algún compañero a hacer una pachanga, recuerdo una vez que llegamos a clases algo encervezados y un maestro casi nos cacha, como olvidar esas fiestas de fin se semestre, las visitas a máquiladoras, a empresas de diseño, a fabricas de moldes, excursiones a tomar fotografía a regiones alejadas de Monterrey, futa, ¡si ese cuarto de revelado hablara!. Pero como todo lo bueno tiene fin, un día algunos logramos salir de la facultad y ahí todo cambio. Como siempre sucede hubo algunas reuniones en donde se planearón otras con el típico "hay que juntarnos cada mes", que nunca sucedió, pues las reuniones fueron mucho tiempo después con niños y esposos(as) de por medio, claro ya nada era igual.
Ahora de vez en cuando nos juntamos algunos qué seguimos con aquella vieja mentalidad que teníamos en los tiempos de facultad, pero me siento mal al enterarme que algunos de mis compañeros terminarón trabajando en un almacén, estan sin trabajo, ó ciertas compañeras encontrarón a un wey de billetes con el que se casarón y por lo tanto nunca ejercierón ¿entonces para que chingaos estudiarón?, igual y algunos de mis compañeros han de pensar de mi algo como ¿y este guey que pedo? ¡ya que madure! ó algo así -cosa que me tiene sin cuidado por supuesto-, quién sabe, la vida es rara, a veces solo hay que saber jugarla con las cartas que te tocan.