martes, marzo 23, 2010
Fábulas urbanas
Hay días en que de tanto andar en la calle (por vueltas del trabajo) me desespero. No me gustaría terminar siendo un robot como la mayoría de los que conducen los taxis o transportes urbanos. Siempre termino refugiándome en uno de mis personajes favoritos del cine, o de la literatura, imaginando que estoy en una misión de trascendencia vital para la humanidad en la que tengo que llegar a tiempo para entregar algún valioso tesoro (esto último no es del todo incorrecto). El punto es, se han puesto a pensar que el tráfico es como una infinita sala de chat?.
Hasta pronto.
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11 comentarios:
y yo que me preocupaba por inventar historias de cada especimen que veo en su auto recorriendo la ciudad.
... bueno de alguna manera tengo que entretenerme cuando estoy varada en el trafico.
:D
ja ja ja...no soy el unico...eso hago a cada rato ja ja ja
Jaja, Angel, también se me da mucho eso de atinarle al tipo de persona que es, por su vehículo, su forma de vestir, como conduce o lo que va oyendo, pero eh tratado de quitarme ese vicio, te hace medio prejuicioso.
Yo lo que hago es imaginarme en que van pensando.
Saludos.
Compadre, esas fotos parecen las de la garita de Tijuana San Isidro, llenas de madre, creo que todos nos hacemos escenas en la azotea cuando queremos escapar de algo, asi que nada fuera de lo normal.
Un saludote
Realmente es una foto de avenida Morones Prieto acá en Monterrey compita.
compadrito ¿ y a quien le va a ir a entregar su "tesorito", jajajajajajaajaja.
sorry, pero eso de la abstinecia ethilica me tiene asi.
saludos
Para hacer más llevadero el trabajo la mejor forma es imaginar que es un juego, así uno escapa de la realidad.
jajaja al final de cuentas, los autos son como casas pequeñas, entonces si te fijas, unos se van maquillando, otros picando las fosas nasales, algunos gritando sus pobrezas, otros cantando como si fueran pavarotti!!!
Esta cabrón!!!
Ese si entiende la onda, jejeje.
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