lunes, abril 25, 2011

Mi tío y la foto que no es foto

Husmeando en el cuarto de mi hermano mayor, que tenia poco de haberse casado me encontré con una foto de un tío, no era una típica foto de 6 x 9 revelada en kodak, o en Soriana, o en Benavides, no, era una foto impresa sobre un cartoncito acompañada de una oración, de esas que suelen darte en las misas que hacen en honor a la gente que ya falleció y que se tiene la creencia ayudarán a que el difunto descansé en paz. Me quedé leyendo lo que decía, era alentador. Habían pasado ya unos 10 años de que murió, que rápido pasa el tiempo chingao -pensé-.

Los primeros recuerdos que tengo de ese tío son de fiestas familiares, pachangas informales donde toda la familia reunida al rededor de un pastel se divertía muchísimo con las ocurrencias del tío Manuel. Era un tipo muy alegre, le encantaba bailar cumbias, Rigo Tovar era su ídolo y hasta cantaba como el, y cuenta mi madre que tuvo muchisimos trabajos -bolero, repartidor, lava coches, etc- antes de decidirse a trabajar por su cuenta vendiendo electrodomésticos. Precisamente es otra etapa de mi infancia que recuerdo con el, cuando llegaba a la casa a visitarnos en su motocicleta cobra....osea de cobrador, cosa que nos gustaba un chingo porque nos paseaba en la moto, y por ahí tenemos una que otra foto de esas épocas, después de eso se separo un poco de nuestra familia ignoro porque, aunque lo veíamos de vez en cuando y al paso de unos añitos ya cuando eramos pubertos volvió a visitarnos mucho, ahora ya tenia varias camionetas, motos y empleados, pues le había ido muy bien en el negocio, hasta estaba casado.

Recuerdo que me invitaba a sus vueltas de trabajo por las tardes cuando yo salia de la secundaria, y ahí íbamos hasta el fin del mundo en alguna de sus camionetas o camiones que a mi se me hacían chidismimos pues los traía bien arreglados y siempre con un sonidazo bien perro, donde escuchábamos en el camino desde Vicente Fernandez, Pegazo, Mister Chivo, Tropical Panamá hasta Rigo Tovar desde luego, derrepente se ponía mamerto y ponía a Pipo o a Memo Rios, la gente nomas se nos quedaba viendo, así de loco estaba. A veces me daba dinero por ayudarle subiendo cosas al camión, me compraba boletos para la lucha o se pagaba tacos y demás cosas, pero para mi era lo de menos, yo me divertía de lo lindo. Supongo que fúe con el y en esa época cuando me entro la inquietud de trabajar por mi cuenta, porque a pesar de que mi papá también tuvo su negocio nunca le gusto inculcarnos su profesión ni llevarnos a su negocio, es una chinga -me decía el tío- pero ganas cuanto jales, eso de trabajar para otras gentes a mi nomás no me va. Tiempo después me dediqué mas al estudio y ya no le ayudaba, a el le seguía yendo muy bien, y ya traía a mis primos bien morrillos ayudandolo, toda la familia decía que se pasaba con sus hijos que no los dejaba ser niños pues como desde los 10 años ya los traia ayudandole en el negocio, lo que nadie sospechaba es que moriría bien joven y ellos se tendrian que hacer cargo de su negocio. En alguna época recuerdo cierto distanciamiento con el, no sé, yo me dedicaba al estudio y supongo que el pensaba que no quería ayudarle o algo, pero derrepente se ponía medio agresivo conmigo, incluso el andando pedo recuerdo que una vez me la hizo de pedo, claro yo también me porte mamón y me burlaba de que no podía alcanzar, cosa sin importancia creo yo. Un mal día nos llego la noticia de que había fallecido, había estado agarrando el pedo con unos amigos y al bajar unas escaleras se cayó, se fracturo las costillas y a pesar de tener un dolor muy fuerte no fue al doctor, al siguiente día ya muy mal lo llevaron al hospital y ahí murió. Sentí mucha pena por el, por su familia, por todos los que lo queríamos, al llegar a su casa donde lo velaban al primero que vi fue a su hijo, mi primo, que ya tenia unos 17 años, lo abrace, pero a mi tío, siempre tan sonriente, bromista y chido con todos, nunca más lo volví a ver, no me atreví a ver su cuerpo sin vida, me rehusaba a creer que eso que estaba dentro del féretro era el. No lo era.

Los muertos a lo mejor ni sufren, somos nosotros los vivos, los que nos quedamos de este lado los que nos tenemos que enfrentar con los hubieras, con los quizás, con los nunca, con los siempre. Guardé la oración con la foto, ya ni recordaba que andaba buscando, pero encontré muchas cosas que por ahí en otro lugar traía perdidas yo mismo.

6 comentarios:

Cristy dijo...

me gusto mucho tu texto, sobre todo porque hiciste una narracion muy descriptiva, fue como ver una pelicula... a veces una foto, un recado viejo, una carta doblada al final del cajon, trae una abalancha de recuerdos que son dificiles de detener, que bien que deciste plasmarla aqui... definitivamente los que nos dejan no sufren, nosotros les sufrimos su ausencia!

Laura dijo...

Gracias por compartir ese momento, aunque me arrancaste algunas lagrimillas, jejeje, también me ha pasado eso de andar buscando algo y al final terminar encontrando aquello que ni siquiera nos habíamos dado cuenta de que perdímos. Gracias y un abrazo!!

La flaca dijo...

fijate que yo tengo esa mala/buena costumbre de no ver a mis seres queridos fallecidos dentro de los feretros, porque cuando llegue a hacerlo los recorde por siempre en esa horrible caja, asi que ahora nunca me hacerco a verlos y los recuerdo en vida sonrientes y como hayan sido y me ha resultado mejor, a veces creo que algunas personas se van antes de tiempo pero creo que todo es un plan para seguir siendo quienes somos, chido compa!

Àngello dijo...

compadre, que atoda madre que disfrutaste a tu tio en vida, tal vez y no haya sido lo que tu hayas querido, pero lo bueno fue que te dejo unas chidas anecdotas que contar.

saludos...

Ángel dijo...

Y en verdad los que sufrimos somos los vivos, bonito relato, al final solo nos quedan los recuerdos de esas personas que se adelantan en el camino.

Saludos :D

Paztor dijo...

Saludos a toda la razita, nos seguimos leyendo.