lunes, abril 04, 2011

XXX

La primera vez que vi pornografía fue en una revista que encontré bajo el colchón de la cama de mi hermano mayor --yo sé que es un cliché bien gastado pero así sucedió--, era yo un puñetín de algunos 8 años y no entendía bien que pedo con todos los peluchines que miraba entre las gastadas páginas --y entre las piernas-- de esa revista playboy, pero me di cuenta que me gustaba lo que veía, de ahí y una que otra revista encontrada esporádicamente, además de lo que contaban los amigos: que sí en el monte se habían encontrado una revista donde a una vieja le daban cariño entre dos weyes, que si esto que lo otro, recuerdo un camarada de la secundaria que era bien cachondo y siempre traía revistas de "mujeres en pelotas" escondidas entre los libros y revistas, las cuales veíamos entre todos en los baños de vez en cuando, en ocasiones eran viejas que ni llamaban la atención, cosas medio bizarras como enanitos cogiendo con afro americanas o algo así, pero era lo que estaba disponible, no había mucho de donde escoger, a veces algo no te llamaba tanto la atención pero todos nos hacíamos los conocedores, cuando en realidad ninguno había todavía logrado mojar la brocha. Y luego las películas que veías en casa de algún compañero de la escuela que igual se las había encontrado a su papá y veías en la super betamax. Se puede decir que había cierta ingenuidad, cosa que agradezco de esos tiempos, pues ahora debe ser muy diferente la forma en que se inician los adolescentes, por esas épocas de secundaria recuerdo haber ido al centro con un amigo a conseguir no se que madres para un trabajo y en un puesto de revistas que esta todavía en Av. Juárez y Madero compramos todos apenados una revista porno, la cual veníamos hojeando en el camión, y puesto que mi camarada se bajaba antes del camión me dejo la revista la cual yo ya no sabia como deshacerme de ella, pues total decidí llevarmela a mi casa, ¡mala idea!, pues a los pocos días, yo bien pendejamente la dejé olvidada por mi cuarto y mi sacro santa madre la encontró, ella no me regaño --pero pues me dió un chingo de vergüenza que me la encontrará-- y me dijo que le iba a decir a mi papá, que estaba viendo la tv a la noche cuando llegué de la calle, entonces me dijo:

- ¿Que tu mamá te encontró una revista pornográfica?.
- Pues si...--Yo esperaba un choro mareador acá de papá soltero-- entonces me soltó una frase llena de sabiduría.
- No tiene nada malo, pero tampoco es nada bueno...--y siguió viendo la tv--

No mamar, me quedé sin saber si había sido regaño, comentario o aprobación. El hecho es que con el tiempo le encontré mas sentido a esa frase, y hasta el día de hoy es fecha que nunca eh comprado una revista porno, a lo que quiero llegar es, ¡no mamar! ¿que hubiera hecho yo en estos tiempos donde es tan fácil encontrar porno de todo tipo y con tantas variantes con un simple click? chale, bueno algó asi era la idea...

2 comentarios:

Àngello dijo...

jajaja, ¿pues a quien no le interesaban esas revistas cuando estabamos en la secu?, y así como tu, yo tambien tuve un camarada, se apellidaba Soto, ese cabrón tenia una colección de hustler, penthouse, de pimienta, jajajaja.

saludos...

Ros dijo...

¡qué buen post!

eso de encontar revistas bajo el colchón de los hermanos mayores es de ley, a mí también me paso!


saludo.