martes, febrero 21, 2012




Sentado frente a esa fuente, escuchando el agua caer y viendo como los rayos del sol se partían en miles de reflejos que parecían jugar en su superficie me quedé pensando en ti. No entendía como es que siendo yo una persona que gusta de escribir no pudiera escribirte algo. Recuerdo aquella vez que después de haber leido uno de mis escritos me pediste que te hiciera uno, hice una broma y te dije que tal vez un día, lo cierto es que yo no puedo escribir por encargo Isa, Como muchos quizá lo hagan. Ese día, la primer vez que estuvimos solos tu y yo fue especial, a pesar de tener poco tiempo de conocernos, fue como si ya nos conocieramos de toda la vida, de vidas pasadas. Poder tocarte, sentir tu aliento cerca del mío, olerte, escuchar tu voz me transportó y me regresó a la calma que hace mucho tiempo no sentía. Recorrer tu cuerpo y saber que por fin estabamos en el momento justo que tanto habiamos anhelado hizo que el tiempo se detuviera y que en ese preciso instante nada más existiera en todo el universo. El viaje que iniciamos aquella tarde fue largo y cansado, y al final terminamos exahustos, sabiendo que se acercaba el fin y que quizá el distanciamiento era inevitable de ahora en adelante, algo nos tocó y desde ese día ya nada podía volver a ser igual. Cambiaste muchas cosas en mi Isa, cosas que hasta el momento trato de poner en práctica, admiro tu fuerza interna, tu lucha constanta con la vida para ayudar a los tuyos, tu paciencia, la forma en que siempre prefieres el bien común y sobre todo tu forma de ser una gran mujer en toda la extensión de la palabra. De pronto algo llamó mi atención, era una pareja que sentada en otra banca se reia de no se qué, creo que a veces es complicado para mi escribir de las personas que realmente me importan en mi vida, pero hoy que te extraño pensé que podría hacerlo, sabía que podía. En ocasiónes la vida es caprichosa y nos pone a cada quién en lugares y situaciones distintas, pero nosotros tenemos el poder de presionar ciertos botones, de equilibrar la balanza, aunque sea solo por unos instantes.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Y cuando creimos que llegaba el final y la distancia.. algo nos unio mas que nunca..

Rafa Ibarra dijo...

"[...]lo cierto es que yo no puedo escribir por encargo[...]"

Muy cierto, mi estimado. Ni que fueras Arjona (¡guácala!).

Chido texto.

Saludos.

Carlos Alfano dijo...

Pazt no te conocía ese lado Bohemio je

Paztor dijo...

Ya vez mi Boxer jeje, saludos a toda la raza que comenta y que no comenta.

Anónimo dijo...

Te quedo chido compaa !