Cuando me preguntan a que antros voy. Puta, que pregunta tan pendeja.
No me gustan los antros -respondo- y atento observo las reacciones siempre tan diferentes.
Pensándolo bien nunca me han gustado los antros, pero supongo que es una señal inequívoca de vejez para alguien que algún día le gustaron y ahora ya no, o simplemente ya no puede ir por sus múltiples compromisos de gente madura, ja!.
Lo mio, lo mio, son las cantinas.
Hasta pronto.
sábado, octubre 04, 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario