jueves, diciembre 11, 2008
Desdoblandome
Todo terminó -pensé-, estoy muerto. Al menos no sentí nada, ni vi túneles, ni luces que seguir al final de este. Solo hay paz y penumbra. Y que más da lo que quedó atrás?, que de todo eso que nunca hice?, si la muerte es solo como cruzar una puerta y cerrar con llave, de nada sirve lo que quedó atrás, quizá el siguiente en encontrar esa llave sea tu hermano, o un conocido y muy probablemente piense lo mismo que tú -reflexione-.
Comencé a desdoblarme y me vi tan pequeño y distante de todo lo material, sintiéndome tan libre y soberano como el viento, tan cerca de las estrellas y a la vez de la tierra. Si eso era la muerte, comprendí perfectamente porque nunca nadie había vuelto de ese estado.
Decidí hacer una última cosa antes de partir de este lugar: volver a verte. Así que me dirigí a donde dormías y te vislumbre ahí, dormida tranquilamente, a pesar de no tener una visión tan clara sabia que eras tú por tu pelo, por la forma de tu cuerpo, pero principalmente por esa aura tan intensa color blanco que irradiabas. De pronto algo sucedió y me vi transportado de nuevo a mi lugar de origen. Me escuche respirar apresuradamente, y me di cuenta que había regresado, o quizá nunca me fui -pues los difuntos no respiran-.
No se si sentí alivio o coraje, pero de algo estaba seguro al despertar, lo último que haría al llegar ese día será contemplarte, o como dijo alguien, que me entierren con una de tus fotografías.
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