Pequeña historia puberta.

No siempre lo que uno desea y piensa que será algo bien chido es lo que en realidad va a suceder. Esta "maxima" me acompaña desde hace un buen.

Recuerdo aquellas épocas estudiantiles y pubertas donde como todo el mundo tenia un paqueño grupo de amigos, nos la pasabamos muy chido sin hacer nada, a veces solo nos juntabamos a platicar fuera de mi casa, a veces nos hibamos al centro de la ciudad sin rumbo fijo simplemente a ver que encontrabamos, era chingón pasar todo el día vagando de un lado a otro, regresar a tu casa por las noches con la simple y llenadora sensación de que hacias algo que te gustaba, que no chingabas a nadie y que tenias amigos bien chidos. Recuerdo una vez nos agarramos una camara de video (de esas primeras que salian, bien grandotas y pesadas) de un amigo y asi nos fuimos al centro, grabamos un chingo de pendejadas incluso en algunos lugares nos hicimos pasar por conductores y camarógrafos de un programa de t.v. local, increiblemente nos creian!, jeje.

Siempre decíamos "imaginate si uno de nosotros tuviera un coche, todos los lugares que podriamos visitar, nos la pasariamos viajando" todo pintaba chingón, sobre todo porque sabiamos que algun día alguien tendria uno. No se en que punto comenzó el distanciamiento, no se precisamente porque sucedio asi, pero derrepente ya no nos juntabamos tanto. Un día algunos de nosotros tuvimos coche y sucedio lo contrario, nos empezó a dar hueva seguir juntandonos o salir. No es reproche ni me siento mal por ese giro inesperado, solamente hoy recorde y me di cuenta como cambia la vida a veces, definitivamente no siempre todo es como pensamos que va a ser.