Comenzaré diciendo que de niño siempre me gusto dibujar, muy en el fondo sabia que de grande me dedicaría a algo que tuviera que ver con eso. En la escuela primaria mis libretas estaban llenas de rallones en donde según yo plasmaba historietas, dibujos de alguna caricatura o el famosisimo y ahora tan devaluado arte de hacer caricaturas en movimiento utilizando las páginas de los libros.
En la secundaria pintaba más o menos lo mismo, me gustaba mucho dibujar -aunque lo hiciera gachísimo-, así que cuando llego el momento de decidir que "taller" tomar como educación tecnológica escogí lo que pensé más parecido a lo que me gustaba hacer: dibujo técnico. Y a pesar del aburridísimo recorrido por los diferentes talleres -soldadura, mecánica, maderas, etc.- de esa secundaria técnica en la colonia topo chico no cambie de opinión. Lástima que el dibujo técnico no fuera tan divertido como yo pensaba, pues habia muchas medidas y grosores de líneas, piezas mecánicas y demás. De cualquier forma me empezó a gustar esa onda, porque también de vez en cuando hacíamos algo de dibujo "artístico".
Recuerdo que teníamos un maestro que se llamaba Jaime, y una maestra que no recuerdo su nombre pero estaba muy bonita. Me llevaba muy bien con el maestro, el tenia un tsuru modelo 82 medio jodidón y de repente cotorreabamos entre todos de muchas cosas.
Un mal día, un sector de padres de familia de la secundaria se comenzaron a quejar, que porque la secundaria técnica esa estaba muy lejos y que -a pesar de que nos llevaban en camión desde nuestra secundaria- la colonia era muy peligrosa para nosotros y la madre. Así que como a los 2 meses de estar tomando clases ahí nos regresarón, diciendonos que ahora nos impartirian la educación tecnológica en nuestra secundaria. Que mal pedo -pensé-, pues yo ya tenia mis lápices, estilógrafos y demás material chidito, además, acá nomas habia de dos sopas: maderas para los hombres y costura -o algo así- para las viejas.
El último día antes de regresarnos de la secu del topo chico, el profe Jaime nos dijo que estaba muy molesto con esa decisión de nuestra secundaria, que por cosas como esas los estudiantes no avanzaban y que de cualquier forma los que quisieramos podíamos seguir yendo con el y la maestra a tomar clases todos los miércoles si de verdad queríamos aprender dibujo técnico -sin ningún costo-, porque según el los cursos que nos darían acá estarían demasiado pedorros, y no se equivoco, eran un maestro de matemáticas el que nos daba la clase de maderas en nuestra secundaria, y con el cual nomás cotorreabamos y ni aprendiamos nada, aunque bueno, si hice un banquito, unos números para mi casa, y una chingadera para colgar llaves que hasta la fecha conservo.
Al siguiente miércoles yo fui a tomar la clase de dibujo técnico y el profe me recibió muy bien, me siguió enseñando muchas cosas, pero la neta era un poco complicado, a pesar de que a veces el me daba un aventón cerca de mi casa cuando regresaba. Fui unas 3 o 4 clases más hasta que me dí por vencido. Lo importante aquí, fue que platicando con el, aprendí muchas cosas sobre lo que quería estudiar ya después y sobre su filosofía de la vida, cosa que nunca le agradecí. Es increíble como a esa edad es tan fácil influenciar a alguien para bien o para mal.
Hasta pronto.
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6 comentarios:
Me hiciste viajar en el tiempo con tu relato y pude recordar algunos maestros que marcaron mi gusto por la lectura, de esos maestros que tenian esa vocacion por enseñar. Feliz Juebebes ya casi fin de semana. Saludines
mmm, eso me recordo que yo originalmente me queria meter a dibujo tecnico, pero pos la raza es la raza y me dijeron que eso era de puñales, asi que me meti a mecanica como los meros hombres, y nada, ni aprendi ni madres, snif, en el fondo creo que soy puñal porque como lamento no haber entrado a dibujo tecnico.
Jajaja, a huevo compadre, es lo malo de hacer caso a "la raza", pero pos a mi me valia madre que dijeran que era de floripondios, snif...
yo reprobe dibujo tecnico en fime 3 veces y la 3era me pasaron con 68.
pero no por malo si no por webon.
A mi me gustaba el dibujo pero en la secundaria no escogí ese taller, no se por que.
En la prepa llevaba esa materia y a veces se ponía bastante difícil, una vez el maestro sádico nos puso a dibujar una caja de cocas, de esas de plástico rojo donde se ponen las botellas de vidrio.
La verdad, como se dice vulgarmente, no la estuvimos pelando un buen rato.
Pero si es chido tener maestros de esos, de los buenos, que te enseñan no nada más de su materia.
Una vez, hasta tuvimos una maestra, que todo mundo sabía, menos yo, que de noche era prosti.
Saludos.
Ajale!, jeje.
Saludos a todos raza.
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