viernes, octubre 28, 2011

De valientes y tragones están llenos los panteones.

Me estaba comiendo a toda madre una tostada estilo siberia.....no, esa es pa otro post.

Ok va de nuevo.

A mi nunca me dieron miedo los panteones, mucho menos de niño. Mi abuela vivía al lado de un "camposanto" y recuerdo que cada que la visitábamos nos brincabamos la barda para meternos a jugar ahí todos los primos. Era como un parque de diversiones enorme. Recuerdo tumbas tan sencillas con solo una cruz de madera (de la más corriente) en su haber, donde ya por el tiempo era difícil hasta leer la inscripción que tenían, otras, tan lujosas como una iglesia, se notaba el esmero en recordar a la persona, con grandes columnas pintadas de dorado, vitrinas con imágenes de santos o vírgenes hacían mas interesante el lugar. 

Lo peligroso de andar jugando en los panteones no es encontrar uno que otro fantasma, o anima en pena porque pues, ¿cuando se ha sabido que un fantasma haga daño?, casi todos son amistosos, o al menos eso pensábamos en nuestra niñez todos los que nos metíamos ahí a jugar, es más creo que nunca hablábamos de "espantos", pues era ya algo muy común jugar ahí, no, lo peligroso son los grandes agujeros que hay en esos lugares, pues son tumbas que ya están esperando la llegada de un cuerpo, o que están abiertas porque movieron algún ataúd de lugar. Recuerdo que algún primo llego a caer en uno de esos y vaya que la sufrió.

El día que lucen con más "vida" los panteones es el día de muertos, cosa contradictoria, pero era una fiesta muy chida. Mi abuela y algunas tías vendían ramos y arreglos en ese panteón, así que en ocasiones ahí también nos la pasábamos un sábado o domingo conviviendo con ellos, era un montón de gente que llegaba a visitar a sus seres queridos, había mucha música, flores, comida, entré otras cosas. Ya por la noche nosotros nos dormíamos en casa  de mi abuela pero a ella le gustaba quedarse a dormir ahí en el panteón, la gente siempre  le preguntaba si no le daba miedo, a lo que siempre respondía con una risa sincera que no, ¿de qué iba tener miedo? es la mujer más entrona que eh conocido en mi vida, y vaya que eh conocido varias.

Un día la abuela murió y le concedieron uno de sus deseos: ser enterrada en la mera entrada de ese panteón, nunca le pregunté porque quería ser enterrada ahí,  pero según algunas tías ella decía que para que todos los visitantes al lugar la vieran primero a ella al llegar ahí. A mi sinceramente ya no me gusta ir a ese panteón, siento que faltan muchas cosas y prefiero vivir con el buen recuerdo de antes. Quién sabe a lo mejor un día vaya y me quede mucho tiempo, espero que no sea pronto.

5 comentarios:

Ángel dijo...

Sabes compadre a mi tambien me encantan los panteones, la tierra de los sueños inconclusos, me causa curiosidad todos aquellos sueños de esas personas que habitan ahi. Se que un día iremos ahi pero igualmente espero que no sea pronto. Saludos.

Cristy dijo...

MIRA A TU ABUELITA! ELLA ANTE TODO QUISO SER LA MERA MERA, AKI ME VENPRIMERO A MI, QUE CHIDO..



SALUDOS

OYE PAZTOR NO SABIA QUE SUS JUNTACIONES ERAN TARDEADAS!! AL RATO LAS HARAN DESAYUNOS O QUE ONDIS JEJE

Paztor dijo...

Jajaja alguién anda filtrando información de nuestras reuniones super secretas y creo saber quién es: su nombre comienza con A y termina con gello.

Cristy dijo...

si pero porque yo iba a ir, pero como muy tempra no podre :(((

Paztor dijo...

Lo que pasa que cada degustación la platicamos como por media hora, por eso ocupamos que sea tempra, además el Angello habla un chingo jajaja. Pero la otra la organizamos a partir de las 11 pm si quieres.